Debemos beber a lo largo del día, aún cuando no se tenga sed, especialmente si somos mayores pues los indicadores de la deshidratación (la sed) no funcionan igual que cuando éramos más jóvenes.
Podemos preparar sopas o cremas frías, como el gazpacho, salmorejo, o ajoblanco, tanto para combatir el exceso de calor como para que nos ayuden a rehidratarnos por su alto contenido en agua.