El coste monetario de un ser querido inmovilizado puede aumentar rápidamente. Los dispositivos médicos, como las sillas eléctricas y los ascensores, la asistencia en la vivienda, el control de la seguridad, el transporte y las facturas médicas de las lesiones relacionadas con las caídas pueden suponer una presión adicional tanto para la persona mayor como para su familia. Por eso es mejor abordar los problemas de movilidad lo antes posible.