Son frecuentes las caídas en ancianos, y al no poder moverse pueden llegar a pasar muchas horas tendidos en el suelo, sin recibir la atención que necesitan y, por desgracia, a veces, con un fatal desenlace.
Una cámara de vigilancia permite que los adultos mayores estén atendidos sin necesidad de renunciar a su autonomía. Como es lógico, a ellos les gusta vivir en su casa, cerca de sus vecinos, en un ambiente que conocen, con su vida de siempre.
Se trata de hacer esa vida más segura sin tener que renunciar a su libertad y a poder hacer las cosas que les gustan y que han hecho siempre.
Pero el riesgo de una caída, un desmayo, un accidente, un ictus u otra enfermedad, así como la posibilidad de que alguien pueda querer hacerles algún daño es también algo real.